domingo, 25 de noviembre de 2012

"La generación perdida."

-Hola, me llamo Cristina, nací en 1989, y pertenezco a la generación perdida.
-¡Hola, Cristina! ¡Nosotros te escuchamos! 


Tengo 23 años, y estoy en el paro. 
La mitad de mi tiempo estudio, y la otra mitad, me pregunto qué va a pasar conmigo. 
Por el momento, como la gran parte de gente en mi franja de edad, trato de tomar esta situación con calma. Una calma, que muchas veces se convierte en la más profunda de las desesperanzas.
Somos una generación que ha crecido viendo a sus predecesoras "vivir por encima de sus posibilidades".

Somos los hijos del puto sueño español.
Somos la generación que dejó de ir al cole para ir a trabajar a la obra "porque se ganaba mucho dinero".
Somos la generación más formada y deformada que se alcance a recordar en este país.
Somos la generación que lo tiene todo, y no tiene nada.

Ahora nos venden la moto de que tenemos que conformarnos con lo que hay, y apretarnos el cinturón, hasta que pase el temporal. 

Sí, sí. Claro que sí. 

El tipo que lo dice, lleva un traje de marca, y tiene una cuenta bien gorda en un paraíso fiscal. Matricula a sus nenes en universidades privadas, y les colocará en una de sus empresas.

Mientras tú te desesperas. No importa cuántos CV envíes, ni entrevistas hagas. No importa ni tu imagen, ni tu formación o tu saber estar. No importa lo que vales. Importa el cómo, y por cuánto, te bajas los pantalones.

No importas. Eres un número que, circunstancialmente, manipulará el político de turno en su propio beneficio. 

Se acabaron las excusas para no luchar. El hambre ha llegado.






Cristina Gallo
Lanzarote, noviembre de 2012.